Hola mi nombre es Paola, la historia que voy a contar es 100% verídica, saben quizás, por el estilo de vida actual me consideren una mujer anticuada, pero mi educación y mis principios siempre me han hecho ser de una manera un tanto cuanto conservadora, es decir soy la típica señora decente que vive con su marido y mis hijas; y siempre lo estoy atendiendo, mi marido es un excelente padre de familia es honrado y muy trabajador, pero es el clásico marido serio que siempre me está diciendo lo que debo de hacer, que siempre debe estar todo en su lugar porque si no mi marido se enoja, que todo debe estar siempre a tiempo porque si no a mi marido se le hace tarde, caray; bueno, en fin, así que poco a poco el me ha ido haciendo a la idea de que debía ser una esposa sumisa y abnegada, quizás eso fue lo que me hizo buscar en otros medios, algo de placer.
Mi hija Marlene generalmente siempre está en eso de la Internet, deja frecuentemente abierta algo que ella le llama su sesión, y yo realmente a eso no le entiendo mucho, y falta decir que me falta un gramo para ser una burra en eso de las computadoras y en general, reprobé casi todas las materias cuando yo era alumna, apuradamente se prender una computadora, no termine la escuela y soy tan tonta; que cuando conocí a mi marido pensé que él era mi salvación económica, pues fue un excelente estudiante, así que he vivido así bajo su custodia desde muy jovencita el me enseño a hacer mujer en la cama y a satisfacerlo como Dios manda, pero fuera de nuestra alcoba me obliga a vestir muy decente y recatada, y por ningún motivo me permite voltear ver a otro hombre cuando vamos por la calle, mis amigas varias veces me han insistido en que mejor lo deje pues yo creo que yo tengo derecho a vivir, y a mí me gustaría vestir más coqueta, mas femenina y a veces si he pensado en dejarlo, además a veces llega borracho a la casa y arma unos escándalos, y tengo que decirles la verdad a veces me siento presa bajo su mirada inquisidora, a veces lo veo como un dictador, o un verdadero tirano.
-un día mi hija salió al colegio de monjas al que asiste, y me acerque a la computadora que empezó a emitir sonidos extraños, de esos sonidos modernos virtuales.
-¿Marlene estas ahí?
-Se podía ver en una ventanita que decía chat en el monitor
-¿Marlene estas ahí?
-Por un momento decidí apagar la computadora y seguir con mis labores domésticas diarias, pero entonces volví a ver con detenimiento el monitor de la computadora.
Y que sorpresa me lleve cuando vi en la parte superior derecha de la pantalla una foto de mi hija prácticamente encueros, solamente con unas zapatillas de plataforma que yo no sé las conocía, y con un bikini de encajes de florecitas hasta arriba de las caderas de tiritas, definitivamente yo no se lo había comprado, y pensé rápidamente si quizás lo había adquirido ella sola con el dinero que le damos para sus gastos del diario, sin embargo por la ropa que me compra mi marido para modelárselas en la intimidad me di cuenta que era una ropita interior cara, el bikini parecía de corte francés y arriba de la cintura estaba totalmente en topless, sin brasiere y se podía ver con claridad todas sus tetas insolentemente grandes, también me di cuenta que se había puesto un piercing en el ombligo muy sugestivo con la forma de un miembro fálico, de color plateado.
Marlene se parecía mucho a mi las dos somos de senos grandes, aunque yo nunca me exhibiría así en la compu, pude observar sus pezones y sus aureolas y eran tan grandes, y tan rosadas como las mías,
Mis pezones están un poco más rosados que los de ella pues ya han recibido los chupetones de mi marido por extensas jornadas de placer durante horas en las noches, sobre todo los días Viernes que es el día de sexo obligatorio según él, ya que el sábado descansa en su trabajo, mis pezones también ya han sido disfrutados por varios novios antes que él; el pobrecito de mi marido trabaja mucho para poder mantenerme como una diosa, pero aun así en la intimidad siento que no me coge bien, y casi siempre termino fingiendo todos mis orgasmos con un excelente estilo debo decir, no tengo nada que envidarle a las mujeres hermosas del porno, me he fijado mucho en como gimen y hago un esfuerzo por gemir con la misma vehemencia para mantener a mi esposo satisfecho y no se me vaya a ir con otra, pero la verdad es que en el fondo cuando estoy desnuda en la cama con mi marido siempre termino inevitablemente recordando a uno de mis ex novios, Ricardo el cual sí que me cogía bien y con el cual no tenía yo que fingir nada, por momentos me follaba despacio, me lamia mi conchita a conciencia y me empalaba gentilmente como un caballero y me machacaba mi pucha por horas lentamente, de momento y sin decirme nada, me tomaba fuerte de la cintura y me comenzaba a cogerme muy duro a empellones, metiéndome la verga furioso hasta adentro haciendo retumbar mis nalgotas contra su torso de hombre todo peludo y oliendo a sudor, jalándome el cabello hacia atrás con fiereza como si me estuviera montando cual potra, y gritándome toda clase de improperios, y a Ricardo fue a quien realmente le entregue mi Virginidad, también la de mi cola por cierto.
La Verdad es que hasta la fecha me remuerde un poco la conciencia pues cuando me embarace de Marlene aún estaba saliendo con ambos y aunque Ricardo era todo un galán conmigo no sé porque elegí a mi Actual esposo y la cuestión es que no recuerdo con exactitud si las fechas en que las que aún me cogía Ricardo coincidían del todo con las fechas en que me empezó a coger mi actual marido de novios; cuando me entregaron los análisis de que estaba yo embarazada de Marlene, de inmediato le dije a mi actual marido que iba a ser papa y pronto fijamos fecha para casarnos, Ricardo en cambio era un Mujeriego y pendenciero, empedernido y cuando supo lo de mi embarazo y de mi boda, de inmediato me felicito e incluso asistió a la fiesta, aún recuerdo como abrazo a mi marido varias veces, y se emborracho junto a él como si fueran grandes Amigos, pero mi esposo nunca se imaginó que Ricardo era probablemente el padre de Marlene.
La última vez que vi a Ricardo fue en la boda precisamente, mi esposo había bebido de mas, y estaba con su mama y su familia dejándome sola en la mesa de honor, Ricardo se acercó sigiloso y se sentó a mi lado, mientras con una de sus manos toco mis piernas desnudas por debajo de mi vestido de novia y comenzó a jugar con mi liguero y con mi tanga blanca, por debajo de la mesa, y susurrándome al oído cosas sucias como me excita oír, me obligo a ir al baño de caballeros o si no le diría a mi marido que él era el padre de Marlene, de inmediato accedí a ir con él al baño de hombres y allí entre mingitorios y olor a orines de caballeros, previo a ponerle seguro al baño me arrincono como loco en contra de las paredes del baño, y a base nalgadas hizo que me subiera yo sola el vestido de novia hasta la cintura, me desgarro la tanga de un tirón, y comenzó a follarme a un ritmo vertiginoso, haciéndome gritar de placer; la música de la fiesta hacía que mis gemidos de hembra ardiente se perdieran en medio del escándalo de la fiesta y no pudieron oírlos los invitados, de una cosa estoy segura, Marlene ya estaba en mi vientre hacia cuatro meses y seguramente la primera verga que ella vio fue la que se asomaba por mi vagina y era la de su verdadero Padre, Ricardo, que la estuvo sacudiendo durante cerca de media hora, al final Ricardo se corrió como todo un caballero al tiempo me besaba románticamente dentro de mí, sobre las dos; llenándonos de su abundante simiente, que de mi vagina comenzó a escurrir entre mis piernas, lo bueno es que Marlene aun no nacía y mi Marido nunca se dio cuenta.
Cuando por fin salimos del baño el cabron de Ricardo tuvo la idea prodigiosa de regalarle a mi marido como regalo de luna de miel la llave de su chalet, para pasar allí la luna de miel, mi marido no tenía dinero y de inmediato acepto la invitación, yo no le dije nada a mi marido pero me enamore aún mas de Ricardo esa noche en silencio.
Pues como les decía, mi tradicional mañana de ama de casa se había transformado en la de una investigadora, sin querer de la vida íntima de mi hija, no era mi intención espiarla, ya que siempre la he respetado, y así seguí viendo a mi pequeña hija de 18 años semidesnuda, en plena red, tenía una sonrisa pícara en el rostro que parecía invitar a cualquier extraño a que la viera y la siguiera observando y en la otra mano sostenía un cigarro, a medio fumar.
Del otro costado aparecía el tal Mario un Hombre como de 30 años, de facciones toscas muy varonil y guapo, muy bien vestido con ropa muy elegante, y sin duda se veía un muchacho de buena familia con un rostro que me pareció algo familiar, pero definitivamente nunca lo había visto,
Por un momento sentí cierta vergüenza ya que siempre he educado a Marlene de otra manera y la verdad es que nunca había visto a mi hija así, no parecía una adolescente normal sino toda una putita adolescente, digo, con la educación que le hemos dado mi marido y yo, todos en la colonia la hacen una santa; y bueno es que siempre ha ido a puras escuelas de monjas no entiendo porque se portaba así, si era igual que sus hermanas; ¡Qué barbaridad!, pensé, eso de verla casi desnuda exhibida y ¿si su papa la viera? ¿Qué pensaría?, pero yo estaba segura que eso nunca pasaría; por otro lado la verdad es que Marlene ya era toda una mujer y su cuerpo parecía la de toda una Diosa Griega, pero acababa de cumplir 18 años y nunca me imaginé que se mostrara como Dios la trajo al mundo sobre todo frente a cualquier extraño con el que ella platicara, además porque pude ver que tenía más de noventa contactos en su chat privado, y la gran mayoría hombres, casi todos mayores que ella.
-Mario dice: ¿Marlene estas o no?
Volvió a preguntar ese Hombre, por un momento no pude más y decidí indagar acerca de la vida privada de mi hija, y me hice pasar por ella.
-Si soy yo, Marlene dije, fingiendo ser ella
-Hola mi amor, pensé que ya te habías ido al cole.
Por un momento trate de hacer un esfuerzo en no sonar desentonada para una cría de su edad y no me descubriera su amigo.
-Es que se me hizo tarde Mario, pero dime ¿que necesitas?
-Nada Reyna, solo te escribía de rápido, la verdad es que voy camino al trabajo y decidí hablarte desde mi nuevo celular, para probarlo, ja, ja; no y además para confirmar lo de esta noche.
-Intrigada, me hice la que conocía el tema y le dije,
-claro, como quedamos amor
-Que cariñosa estas hoy mi Vida, me da gusto, mira la verdad es que ya hable con los tipos que te platique, son unos ancianos de mi chamba y ya vieron tus fotos, yo me encargo del negocio tu sabes y ya después te doy tu parte, solo quería decirte que te arregles con la lencería que le sacaste a tu papa el otro día que andaba borracho y de preferencia usa el baby doll negro, eso hará resaltar tu piel tan blanca, y te maquillas en tonos cargados, quiero que hoy en la noche les des un espectáculo de lujo, son como diez empresarios socios de mi padre Ricardo, nos conectaremos de manera simultánea, ya sabes pones tu cam y tu micro y las bocinas, ah y por favor no quiero volverte a recordar que debes tener suficientes dildos y consoladores a la mano, y si te piden cualquier posturita la haces mi amor; ya que recuerda que a veces son exigente los viejos.
-Claro que si Mario, le dije sorprendida, oyes
-¿Todos son de la Empresa de tu padre?
-No amor, algunos son de la empresa de zapatos de mi papa, Ricardo Roldan, pero otros son de algunos amigos.
¡No supe que decir era el apellido de su propio papa!
-Pero me apure a terminar la conversación antes de que el sospechara algo
-Bueno nos vemos en la noche nena te hablo al celular para que estés lista en el chat privado ya con tu ropita puesta.
-Chao Marlene
-Chao Mario.
-Espera, salúdame a tu madre amorcito, y a ver cuándo le dices que esta preciosa, desde el día en que la vi de lejos no he dejado de pajearme pensando en cogerme a las dos al mismo tiempo, ¿como ves?
-Por Dios Mario no sabía que decir, y de inmediato mi cuerpo se estremeció, y mi pucha se puso mojada.
-Ay Mario como dices esas cosas mi mama es muy decente a demás solo vive para mi papi, lo más que puedo hacer por ti es mandarte algunas fotos de ella en la playa conmigo y mis hermanas,
No sé porque le dije esto último, creo que la excitación me gano
-Está bien nena, nos vemos en la noche.
El resto del día, seguí haciendo mí que hacer acostumbrado; vino mi marido a comer, y después de alimentarlo, me pidió que se la chupara un rato debajo de la mesa a lo cual accedí como buena esposa esclava de inmediato, después de un rato de mamársela a conciencia se vino en mi boca y como de costumbre me trague todo su delicioso semen.
Pero por primera vez mi mente ya no estaba pensando en la verga de mi marido, sino en la verga de un desconocido, Mario.
Mi marido volvió al trabajo en el turno vespertino y yo me quede sola esperando a mis hijas.
Me puse a ver la televisión, cuando de pronto la computadora volvió a sonar, y me acerque a verla
La misma ventanita del chat se abrió y decía:
Mario dice: Marlene, mira no serán diez hombres porque mi papa Ricardo también va a ver tu sesión espero que lo complazcas en todo lo que te diga porque después quiero presentártelo para que trabajes en su empresa como su secretaria particular, y puedas llevar un buen sueldo a tu casa, porque lo que es tu papa.
-Y se cerró la ventanita del chat a la vez que escuche que mi Marlene llegaba del cole.
-¡No puede ser pensé se va a desnudar frente a su propio padre!, ya eran casi las siete de la noche, y a mi mente regreso toda la conversación que había tenido con ese tal Mario.
-Mama creo que deje mi sesión abierta por descuido, ¿sé que no leíste nada verdad?
-Claro que no hija,
-Es que ando muy distraída con eso de que las monjas son muy payasas y nos dejan muchísima tarea, precisamente hoy tengo que hacer algunos trabajos por la Internet, y como es en equipo unos amigos me van a ayudar, voy a poner un poco de música para que no te moleste si hablo con ellos, ya ves que como son adolescentes a veces dicen groserías;
-Está bien hija.
-Sabes la Tarea esta algo difícil y laboriosa y creo que voy a desvelarme quizás no duerma nada, tu sabes es que pronto hay exámenes y quiero ganar una mención honorifica este año.
- pero no te preocupes mami yo siempre saco el diez, ja, ja;
Sonrió Marlene, y dándome un beso se fue a su recamara presurosamente.
Tratando de olvidar la imagen de mi hija siendo observada por varios hombres desconocidos, y por su propio papa; me dirigí al televisor, imaginándola todo lo que esos hombres la obligarían a hacer esa noche, y todo por ganar un excelente puesto en la propia compañía de su padre, comencé a pensar en situaciones sexuales acerca de mi propia hija y mi coño se comenzó a mojar.
-Cuando escuche que el celular de Marlene sonó tres veces.